Abú l-Hákam  AL-BÁHILI 


AL-BÁHILI, Abú l-Hákam (Almería, 1093 - Damasco, 1155). Médico y poeta.


Nacido en Almería (su otro gentilicio, al-Marini, el Meriní, es en realidad una deformación de al-Mariyi, el almeriense), estudió bellas letras, medicina y geome­tría. Sabía tam­bién música y tocaba muy bien el laúd. Por otra parte, tenía fama de gracioso y guasón; gustaba del juego, las bromas, la vida liber­tina y la bebida. Sus biógrafos insisten en recordar anécdotas jocosas y versos que demuestran su carácter desenfadado.

Cumplió con el precepto de la peregrinación en 1123, por lo que abandonó al-Andalus ese mismo año o poco antes, de forma definitiva, con unos 30 años. Nos consta que estuvo en Basora y en Bagdad, antes de establecerse definitivamente en Damasco. En Bagdad estuvo enseñando a los niños y también trabajó como médico del sultán selyuquí Ibn Málik Shah (g. 1117-31). Para este gobernante construyó un maristán móvil que era transportado en 40 camellos durante los viajes.

Compuso poesía, predominando los poemas de corte obsceno y libertino. Satirizó, entre otros, a los poetas que vivían en Damasco. Pero no faltaban en su diván las elegías y los panegíricos, como los que dirigió a los Banú s-Sufi, gobernadores de Damasco. Esa recopilación de sus poemas, hoy lamentablemente perdida y que fue calificada de excelente, llevó el título de Conducta despreciable de los libertinos. Como obra independiente circuló el poema con letra de rima en alif maqsura sobre la obscenidad, en el que emulaba, en tono jocoso, la célebre casida maqsura de Ibn Durayd. En su faceta de médico, escribió el Libro del protector de la salud. Lamentablemente, esas obras se han perdido y solo han quedado piezas poéticas sueltas.

Murió en Damasco el 12 de enero de 1155, con unos 61 años. Tuvo, al menos, un hijo, Abú l-Machd Muhámmad, que, siguiendo los pasos de su padre, fue médico. Compuso un comentario del diván de su padre.





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